Soy digno y merecedor de todo lo bueno. No sólo de algo, de un poquito sino de todo lo bueno. Ahora estoy superando todos los pensamientos negativos que me limitan.
Me libero de las limitaciones impuestas por mis padres.
Los amo, y puedo ir más allá de ellos. No respondo a sus opiniones negativas ni a sus creencias restrictivas. No estoy atado por ninguno de los miedos ni de los prejuicios de la sociedad en que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi gozo de una libertad total.
Penetro ahora en un nuevo espacio de conciencia, donde estoy dispuesto a verme a mí mismo de una manera diferente.
Estoy dispuesto a crear ideas nuevas respecto de mi mismo y de mi vida. Mi nueva manera de pensar se expresa con experiencias nuevas.
Ahora sé y afirmo que soy una y la misma cosa con el Próspero Poder del Universo.
Por eso, ahora prospero de múltiples maneras. La totalidad de las posibilidades se abre ante mí.
Me merezco la vida, una vida buena.
Me merezco el amor: Abundancia de amor.
Me merezco tener buena salud.
Me merezco vivir cómodamente y prosperar.
Me merezco la libertad de ser todo aquello que soy capaz de ser.
Me merezco más que eso: me merezco todo lo bueno.
El universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias, y yo acepto esta abundancia de vida con júbilo, placer y gratitud. Porque me la merezco, la acepto y sé que es verdad.
Louse L. Hay
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