Las mujeres sufrimos porque nos educan teniendo que dejar fuera nuestra fuerza combativa, a los hombres por dejar fuera su sensibilidad y así andamos por el mundo por la mitad, un patrón inacabado, como una silla sin una pata, por eso sufrimos. Por eso nos cuesta encontrarnos satisfechas y satisfechos con nosotros mismos y los demás y en pareja. El día que nos reconciliemos con esa parte tan nuestra como la primera seremos un patrón completo, un ser autónomo con la totalidad de sus partes integradas (lo masculino-femenino), dialogando con el exterior en armonía los hombres y las mujeres como seres plenos y autónomos en amor y respeto.
Adriana
*Psicoterapia para adultos, pareja y familia, informes al correo salaestar1@gmail.com, 945-175987.
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