En las culturas antiguas se conocía que las diferentes enfermedades se originaban por la pérdida del alma. Se conocía que el alma tiene diferentes estratos y en momentos en los que el alma no podía habitar el cuerpo y deseaba conservar todas sus potenciales y una parte del alma se desprendía y se iba a otro lugar a protegerse hasta poder volver a habitar su cuerpo. En la cultura moderna se habla de la disociación y de falta de sentido de continuidad, pero remite a lo mismo. Una fuente para entender este fenómeno del alma que huye son síntomas corporales y energéticos, los sueños, la fantasía y el lenguaje de imágenes y escenas pueden representar que salimos de una escena justo cuando tenemos que hacer algo, o corremos hacia algún lugar, este sueño puede estar expresando que "nos estamos yendo a otro lugar" hasta poder entender y procesar la situación que vivimos y nos sentimos capaces de enfrentarla y asumirla. También en los sueños podemos soñar que nos caemos, que alguien maneja un auto que es nuestro donde no tenemos el control. La simbología de los sueños nos representa esta fuga del alma y también cómo recuperarla, primero hay que buscar ser conscientes de que algo está pasando y hay que tomar una pausa, tomarnos el tiempo para sentir, pensar, meditar, escribir, dibujar, tocar música, cantar, llorar, buscar elaborar este proceso pero para ir en la búsqueda de aquello que nos falta. El sueño y la intuición nos siguen guiando y así con pausa paso a paso iremos recuperando y haciendo que "nuestra alma vuelva al cuerpo" con una actitud amorosa y jubilosa de encuentro y recibimiento, bienvenida de vuelta a casa.
Adriana
