Tocamos fondo cuando el desasosiego se incrusta en nuestros corazones y vemos la perversión de afuera, de la sociedad como un mounstruo de 7 cabezas que nos traga. Cuando somos capaces de aceptar que eso impuesto por la mayoría no es otra cosa que el perderse de ser uno mismo, de desviarse de su propia esencia y su luz con fines superficiales y carentes de todo sentido, tal vez estemos más cerca de poder sanar y de poder transformar a ese inmenso mounstruo que ha estado adentro habitándonos y que está también afuera. Es momento de tocar fondo, de transformar y de luchar, de limpiarnos y construir el camino, uno por uno e irnos sumando, de irnos sanando todos juntos desde el amor.
˜Adriana
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