viernes, 6 de septiembre de 2013

PRINCIPIOS PARA EL DESARROLLO DE UNA PARENTALIDAD SANA Y PACÍFICA

Tamara Adams

Aquí hay algunos principios sólidos informados por los diferentes campos del desarrollo de la neurociencia y la psicología del desarrollo  sobre formas saludables y pacíficas de criar a nuestros hijos e hijas:

PRESENCIA
La habilidad de estar completamente en el presente, ahora mismo, con tu cuerpo, pensamientos, sentimientos, comprometid@ y contectad@.  Una de las mayores necesidades del niño  o la niña es dosis de este tipo de presencia, no de una presencia “distraída”.  Trata tener un tiempo de “no hacer nada más”.  Siéntate en el piso, coge los bloques o legos, los libros o cuentos, las muñecas y  permanece  disponible para tu niño o niña.  Esta es una forma potente de conectar tu mente y sentimientos con la de él o ella,  además de estimulación intelectual.  También se puede dar la “presencia” cuando los padres se permiten aprender de  sus niños y niñas de su gran sabiduría, sobre su curiosidad, su capacidad de jugar y creatividad, su espontaneidad.  Si puedes hacer esto 20 minutos, 30 minutos 1 hora al día e ir incrementándolo, es una vitamina mágica para la relación con tu hijo o hija para su apego contigo.  Los nutre a ambos y los protege de los efectos disruptivos del día a día. También mejora la verdadera buena autoestima, ya que el tu niño o niña percibe que es merecedor de tus cuidados, de tu atención y presencia exclusiva.  Cultivar la capacidad de presencia es la mayor inversión que puedes hacer por tí mism@ y por las relaciones con tus seres queridos.

CONSCIENCIA
El Conocimiento que tienes de estar al tanto.  La parentalidad pacífica incluye muchos pequeños detalles tales como saber cuándo tu niño o niña comió proteína o verduras, tomó líquido, si algo le pasó en el colegio o a qué hora fue a dormir.  El conocer cómo son sus ciclos y sus procesos de desarrollo saludables así como son sus formas de aprendizaje y crecimiento a través de sus sentidos.  También la consciencia de que criar niñ@s nos despiertan sentimientos  y vivencias dormidas u olvidadas con relación a nosotros mismos y la relación con nuestros padres que influyen en nuestra forma de ser madres y padres y en la forma de criar a veces proyectando lo mismo o haciendo lo contrario, la consciencia nos permite poder hacer lo que consideramos correcto o equilibrado sin repetir patrones inconscientes.

RITMOS Y PROCESOS
Cada uno tiene su propio ritmo y proceso personal, buscar ser conscientes de esto y adaptarse al ritmo de tu hijo o hija pequeño, son mucho más rápidos en algunas cosas como correr o saltar y muchos más lentos en otras como comprender cosas o aprenderlas.  No busques forzar su ritmo, esto lo hará perder su esencia y podrá hacerlo enfermar.  Busca acomodarte al de él, hay muchos años de diferencia y de experiencias entre una generación y otra es imposible que él se ajuste a tu ritmo y proceso, tiene que ser alrevés.  Pon tu reloj interno en modo lento cuando te relaciones con tu hijo y ten paciencia, esto puede hacerte mucho bien a ti y desacelerar te permitirá conectar con tu propio ritmo interno también.  Busca darles una estructura y estabilidad en sus horarios y rutinas esto ayudará a regular sus ritmos internos y biológicos.  Los cinco primeros años de vida son fundamentales en el desarrollo de su cuerpo, sistema nervioso y psíquico influenciará si le das una base sólida y bien estructurada pudiendo desarrollarse plenamente y en bienestar.

NUTRIR
Busca nutrirte a ti mismo y a tu niño o niña de experiencias amables, placenteras y gratificantes de alegría, entusiasmo, pero también de coherencia y claridad de verdad.  No una felicidad artificial o enfocada en cosas superficiales o materiales sino en el compartir en el amor y la sencillez, la humildad.  Lo que nutre no es el juguete es el juego compartido con el padre o madre.  Brindémosles aliento, cariño y comprensión esto se traducirá en un mundo interior calma y sostenedor.  Busquemos brindarle rutinas, pautas, reglas claras y coherentes, a veces el castigo con privaciones de cosas o situaciones ayuda a interiorizar lo que está bien de lo que está mal ayudando a regular sus impulsos y desarrollar su consciencia moral, de esa forma el niño o niña madura de lo contrario se mantiene como un bebé en un cuerpo más grande.

CONFIANZA
Se va construyendo a partir de todo lo anterior y de la coherencia, no existe confianza sin presencia, sin amor ni comprensión, sin un apego sólido con los padres.  La confianza estructura al niño o niña, le da una fortaleza y seguridad  básica, les permite crecer y desarrollar en libertad y plenitud, sintiéndose cuidados y protegidos y con recursos relacionarse y  para protegerse y defenderse de las dificultades que puedan presentarse en las diferentes situaciones de la vida cotidiana.

¿Cuál de éstos principios resuena en ti?
¿Cuál te interesó más?
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Basado en Yourney of Young Women y 

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