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| Mara Friedman |
"La salud del ego suele estar determinada por la habilidad con la que una persona mide los límites del mundo exterior, por la fortaleza de la propia identidad, por la capacidad de distinguir el pasado, el presente y el futuro y por la coincidencia de las propias percepciones con la realidad consensual. Un tema eterno de la psique humana es la rivalidad entre el ego y el alma por el control de la fuerza vital. Al principio de la vida suele dominar el ego con sus correspondientes apetitos; siempre está cocinando algo que huele muy bien. En este período, el ego es muy musculoso , por cuyo motivo relega al alma a las tareas auxiliares de la cocina del patio de atrás, a ser una especie de Cenicienta.
Pero en determinado momento, a veces hacia los veintitantos, otras veces a los treinta y tantos y más a menudo a los cuarenta o más, aunque algunas mujeres no están auténticamente preparadas para hasta los cnicuenta, los sesenta, los setenta u más permitirmos finalmente que el alma lleve la delantera. El poder se aleja de las bobadas y estupideces y se desplaza hacia la espiritualidad. Y, a pesar de que el alma no mata el ego para sumir la delantera, se podría decir que lo destituye le asigna en la psique una tarea distinta que consiste esencialmente en someterse a sus intereses."
~Clarissa Pinkola, "Mujeres que Corren con Lobos"
*Pregunta por el espacio Psicoterapia Holística Individual para Mujeres, informes al correo salaestar1@gmail.com.
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