viernes, 3 de mayo de 2013

La Perversión, el Lado Oscuro del Alma Humana

El año pasado antes de ir a atender pasé por la Galería Lucía de la Puente y me encontré con “Al Acecho de la Imagen” de Sergio Cabrera, estaba interesada en ver su composición de imágenes y su propuesta sobre aquello que no podemos mirar,  aquello que pasa a nuestras espaldas y todas las posibilidades a las cuales  eso  nos remite.  No fue una casualidad que caí por ahí me encontraba tratando de estudiar y comprender sobre la perversión y sus implicancias sobre lo que  uno percibe, escenario confuso y distorsionado,  y/o  deja de percibir o niega. 


Me topé con una serie de cuadros unos personajes de espaldas y mostrando la nuca, aludiendo  a lo que pasa cuando uno se expone dejando la nuca al descubierto y/o  no ve  lo que pasa a sus espaldas.  A veces uno no puede ver, a veces uno no quiere ver y a veces uno no deja ver al otro  y busca cubrir como ocurre en la perversión por parte del  sádico –perverso; es decir, el que busca abusar, engañar al otro o engatusar al otro, manipular, lo cual implica una gran dosis de crueldad.  Si bien mi página y blog buscan enfatizar sobre las cualidades y posibilidad de transformación del ser humano.  No puedo dejar de mostrar y buscar reflexionar así como comprender esta complejidad de las más oscuras  del alma humana.
Contra Nuca
El término pervesión  proviene del latín “verteré” que denota girar, invertir y connota las ideas de vértice, adversidad. Si se le agrega la preposición “per”, que denota  “a través de”   , por otro lado tenemos a la palabra  “pervertere”, que tiene dos significaciones : 1) alterar o trastornar el estado de las cosas y 2) “malear”, hacer malo o vicioso. La etimología sugiere que en primer lugar se ubica una idea de trasgresión, de  una relación problemática con la ley, y en segundo lugar, esa relación ‘tipifica’ a un  sujeto malo, culpable.    Considerada  una estructura de la personalidad que se caracteriza por una falta en la estructuración con referencia a la ley del padre (conciencia moral)  y la representación de una escena  incestuosa o de tipo incestuoso que representaría el goce sexual  supuestamente prohibido y ocultado pero tolerado y fomentado por los padres con el hijo o hija.  Consecuencia de esta vivencia traumática y sintiéndose “presa”  y utilizado por  la madre, padre o ambos, el hijo o hija el cual sufre terriblemente pero a la vez disfruta lo prohibido, queda fijado en una sexualidad infantil y vivencia traumática.  Repitiéndola en lo sucesivo como patrón en la enfermedad, que busca a través de la misma instaurar un orden y que busca ser comprendido  a través de otro que haga las veces de padre-terapeuta que ordene, que sea consistente con la ley y la prohibición, y de una madre-terapeuta que  acoja, proteja y contenga y de claridad a su niño o niña - paciente, generándose una transformación hacia una sexualidad adulta y sana.

Surge ahí el sádico o el masoquista los extremos, el sádico – es aquél que sufre intensamente pero que es incapaz de conectar con su terrible dolor y sólo puede expresarlo a través de su aparente ternura o simpatía  que enmascaran una inmensa dureza,  carga agresiva y  crueldad con el otro, es decir sufre a través de generar el dolor en el otro, no sintiendo mayor culpa o ninguna culpa por aquella insensata y temible acción.

El masoquista es aquel que no sabe hacer otra cosa que sufrir, repitiendo ese dolor primero, impedido de ver lo que está detrás de él o negando lo que percibe con tal de ser querido por otro, con tal de sumergirse en el otro y perderse en  él, generándose una unidad de poder asimétrica con dos seres que se sienten uno o que tienen de alguna manera la necesidad de completarse (SADICO-masoquista).

El  sádico-perverso  es el que distorsiona, el que no asume culpas, el que es tierno de día y cruel y oscuro de noche o cuándo nadie lo ve, tornándose en alguien con contradicciones, incoherencias que saldrán a la luz al ser confrontado por la suma de sus ocultas y bizarras acciones y buscará salir impune de toda acusación tergiversando los hechos, evidenciándose su inmensa dificultad en hacerse cargo de sus propias acciones y sus consecuencias, así como la gran dificultad que tiene en relacionarse con la realidad y la propia concepción de sí mismo.

Bends

El masoquista-perverso es aquel que no quiere “ver” ni percibir, que niega las fallas en el otro, el que se deja engañar, el que se expone y subyuga al poder del otro .  A mi manera de ver representado en estos oleos de Cabrera.  

En la muestra e instalación el personaje principal es el  masoquista el que está expuesto al daño, sufrimiento o dolor, y el sádico aparentemente casi no se "ve", salvo en la video-instalación  pero todo está impregnado de su presencia oculta y como dice el nombre de la muestra se percibe que está  al acecho. 

A pesar de no poder "ver" directamente algunas cosas las personas tenemos una gran capacidad intuitiva y  registro sensorial y perceptivo inmenso; la piel por ejemplo, es uno de los sentidos más grandes y sensibles que tenemos y podemos darnos cuenta de aquello que se busca hacer oculto a nosotros.  Tal vez es sólo cuestión de estar listo para poder empezar a  "mirar " y enfrentar.

Comparto una breve historia que nos alcanzaron en una hora con motivo de la muestra "Es posible que acechar una imagen sea el equivalente de una imagen que nos acecha.  Hay esta escena que en teoría sucede en algún momento previo al año 52 AC europeo: el gran jefe galo Vercingetórix deja accidentalmente caer un objeto al piso y uno de sus subalternos más queridos corre a levantarlo del suelo.  Al momento  de inclinarse deja aparecer, como un punto de luz, la piel blanquecina de su nuca al descubierto.  Ni bien la ve, Vercingetórix desenvaina su espada y decapita de un sólo golpe al subalterno.  Al ser inquerido por el horroroso y sangriento gesto que acaba de ejecutar, el jefe galo declara que era un golpe demasiado bueno para dejarlo pasar...

En esa tentación está encerrada parte del gesto de acercarse a ellas, las imágenes y reconstruir y recuperar aquello deliberadamente oculto u acaso obliterado por los hechos.  La discusión acerca del obstáculo en la percepción visual y la tentativa de develar el signo de aquello que no podemos o nos es impedido ver, pero que contiene la promesa del signo reintegrado, es uno de los motores argumentativos de esta muestra....

Dentro de esta lógica las imágenes son ese iceberg que sólo permiten visualizar una parte mínima de aquello que llevan en su equipaje sensorial: aquello que no  se ve pero que el espectador asume y completa en un acto de fe ( una cosa moral) y de un acto de reconocimiento y percepción (un proceso óptico fisiológico). Y a su vez, los videos y notablemente la video instalación en la que el artista de reconstruye el sonido de una de las escenas claves de Vértigo (aquella en la que el protagonista encuentra su propio trauma en una persecución) .... el movimiento de cámara al acercarse a Madeleine sentada de espaldas en el museo, completan un cuadro sensorial anunciado desde el principio de este argumento.."


Interesantísima muestra y con un concepto muy bien logrado a mi modo de ver sin nombrarlo pero estando al acecho en todas las imágenes sobre La Perversión.




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