Releí hoy un artículo sobre los vínculos de pareja e internet y quise compartir con ustedes algunas partes de la lectura que nos habla sobre los niveles de organización de vínculos en la pareja por internet por la vigencia del tema y porque en estos días es muy frecuente la comunicación con alguien para fines amorosos o con la pareja vía internet.
Se mencionan en el artículo específicamente a las personas que buscan conocer a una pareja por la vía de internet, con la certeza de que conocerán de esta forma a su cónyuge o novio ideal, o de personas que pueden conocerse y establecer una relación en la realidad pero dónde por diversos motivos (viaje, estadía en otro país, etc.) se requiere a la máquina como intemediario la mayoría del tiempo. Otro caso, añado yo, que se presenta mucho en consulta es la situación de descubrir "vidas paralelas" o infidelidades a través de la vía de internet, el uso del whatsapp. Iinfluencia de la tecnología en los problemas de pareja y las relaciones en nuestro tiempo, situaciones algunas que se han presentado desde tiempos remotos pero que en la actualidad encuentra otros canales y vías de expresión.
Jorge Sánchez y Leticia Oviedo (2005) nos dicen que la característica principal de estas parejas es que requieren emocionalmente el vínculo con la máquina para poder sostener la relación interpersonal que se ha creado o que se espera crear. Es decir, internet resulta siendo el depositario de ilusiones, fantasías o aspectos reprimidos y separados de la conciencia. Un tercero en el vínculo es requerido para la supervivencia y el matenimiento de todos los anudamientos de la pareja Este "tercero" opera con las mismas funciones de los fenómenos de la temprana infancia. Se refiere a una falla en la estructura de la trangulación edípica (madre-padre-hijo/a), dónde el hijo/a se ha sentido ocupando un rol que divide a la pareja parental, formando una relación de triángulo pero que desestructura (A.Origgi). Si bien se desea tener una relación de pareja verdadera y tangible, con una persona de carne y hueso, hay una negativa a confrontar la realidad tanto del otro como de la propia persona (alteridad u otredad). El objeto es un otro aparentemente diferenciado de las propias fantasías, del propio deseo, pero en el fondo no se puede tolerar el dolor de la desidealización y la pérdida de la imagen fantaseada de sí mismo, del otro y de ambos funcionando como pareja (Sánchez Escárcega y Brown, 1996).
Para concluir nos comentan sobre el internet en la relación de pareja sana: "La utilización de los medios electrónicos cibernéticos queda aquí supeditada a la relación total de objeto; la máquina es sólo un medio, un canal para favorecer el vínculo de pareja, no lo sustituye ni lo requiere defensivamente; se tolera el hecho y se prefiere el vínculo "real" al "virtual" y si se disfruta éste es sólo como un complemento, como un objeto depositario temporal de pulsiones, fantasías y escenas primitivas, pero no son vividas de manera persecutoria, ni omnipotente y que pueden integrarse relativamente bien a la estructura general de la relación.
Bibliografía:
Jorge Sánchez y Leticia Oviedo (Niveles de Organización en los Vínculos de Pareja por Internet, Cuadernos de Psicoanáliss XXXVIII: 1 y 2 enero -junio, 2005, México)
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