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Sólo se que nadie es igual a nadie en todo el mundo, en cada estrella y planeta no hay nadie igual a mí, ni igual a ti, tan solo personas completamentes diferentes, tal vez reflejos o espejos pero diferentes en su esencia. Y aprendí de un tiempo a esta parte que nadie reemplaza a nadie, que si alguien que amas o amaste un amigo, un familiar, una mascota, un amor se va de tu vida o lo dejas ir nada ni nadie podrá reemplazarlo por más esfuerzos que hagas, quedará un vacío en tu corazón y se llevará algo de ti y tu algo de la persona que se fue. Que tendrás que esperar y tejer en ese lugar, tal vez remendar, tal vez llorar de alegría o tristeza lo que compartiste algún día con esa persona o con tantas otras y en cada espacio que cada una ocupó, tendrás que tejer, tendrás que bordar y sursir para poder completar el pedazo de corazón que se llevó. Pero si tejes y bordas y cantas honrando esa memoria mientras esperas frente a la ventana con amor y paciencia tu hermoso corazón quedará de nuevo completo, lleno de amor, pues esos hilos te sostendrán para volver a amar y abrir tu corazón una y mil veces. Sólo si te das tiempo, sólo si confías en él.