Maleonn |
Algo
más que vivir o respirar, buscar
existir más allá de una simple existencia, dejar
la inercia, cambiar, reparar y
reparar –se. Comprender, encontrar un
sentido, sentir, abrir los ojos e ir
al encuentro de la vida, dejar de culparse por algo y sobre todo dejar el
pasado atrás por más difícil, o feliz que
este haya sido. Hacer
algo, que se ha estado postergando, sacar lo valioso afuera de uno y mostrarlo,
buscar acoger y ser acogidos por los otros. “ La salida que nos permite
revivir ¿sería un paso, una
lenta metamorforsis, un prolongado cambio de identidad? (Cyrulnik, B., 2002 )
Y es que la identidad si bien tiene sus
cimientos en nuestros primeros años, también va experimentando cambios a lo
largo de nuestra vida. Los
adultos vamos cambiando también, requiriendo hacer duelos, dejando atrás
etapas que vivimos
e ir adaptándonos y
transformándonos internamente.
Me ha estado dando la impresión
últimamente que hay dos tipos de personas: las que viven y
las que dejaron de vivir. Hay
personas que la pasan muy bien y pueden disfrutar de las cosas buenas que
les pasan y hasta tomar las negativas con cierto humor, asimilando las
vivencias que van teniendo, otras se dejan llevar por la inercia o se mantienen
frustrados por lo que no les salió bien, situaciones,
relaciones, etc. y se mantienen en esa situación estática como alejados de la
vida y del sentido de la misma. Desde
el inicio de nuestra existencia uno requiere una “cuota de vida” y felicidad que
nos lleven al logro de una ilusión
por lo que vendrá más adelante, algo que deberá ser proveído por la contención
del ambiente familiar, ilusión
de que todo irá bien, ilusión y
confianza en las propias potencialidades, cualidades, así como posibilidades
que el mundo y lo que las personas nos pueden deparar, de encontrar lo que
merecemos. Pero esto no siempre es
posible, hay vivencias carentes
de sentido, carentes de afecto o de palabras que
pueden simplemente no
dotar del todo de esta capacidad al pequeño o pequeña que está encontrándose
con este mundo completamente desconocido para él o ella, lo cual
dificultad esta posibilidad de ir al encuentro de la vida y de disfrute y adaptación
a ella, no llegando a encontrar un sentido en las cosas y en sí mismo, pero aún
así esto puede cambiarse.
Entonces ¿qué será vivir? O
en algunos casos ¿sobrevivir?. Tal
vez para vivir primero hay que “ser” o “existir” en
todo el sentido de la palabra; es decir, poder
“sentirse” e ir
al encuentro de la vida, disfrutando y sobreponiéndose a
los obstáculos que se puedan presentar e
irse replanteando, e ir reorganizando nuestra identidad. Tal
vez todos seamos
sobrevivientes, pero hay situaciones que ocurren en nuestro camino que
pueden llegar a bloquearnos o
cerrar las vías para descubrirnos, comprendernos,
procesar, expresar, y
seguir creciendo. Es
ahí cuando requeriremos “re-vivir” o despertar
de un oscuro letargo para volver a vivir nuevamente. Cada
vez estoy más convencida que vivir es
un eterno crecimiento hasta el final de nuestras vidas, así como el irse
descubriendo. Pero si ya tengo 40
¿como voy a intentar tocar música y
por primera vez?. “Todo tiempo pasado fue mejor”, me
decía el otro día un conocido mío”, ¿será eso cierto? O será que conforme uno
va creciendo, porque no sólo los niños o adolescentes crecen, nos es a
veces difícil abrirnos a lo nuevo o diferente
que nos plantea la vida y aceptar que lo
único permanente aquí es el cambio y
ahí estamos nosotros en medio de todo que va cambiando, moviéndose, inclusive
dentro de nosotros mismos. “Siento
que todo se me escapa de las manos” me
comentaba una paciente sobre
varios cambios buenos en su vida, “será
que todo se te escapa de las manos o es que te da miedo el cambio y no estás
pudiendo dejar atrás el pasado para abrirte a lo nuevo y bueno que puedes
encontrar en el presente”, le decía yo , y es a veces lo que me digo también a
mí misma. ¿Acaso si uno
tiene más de 20 no puede pensar qué quiere
cambiar algunas cosas para
más adelante? o sólo puede seguir,
porque ya no hay
lugar para replantearse sino mantenerse en
lo mismo de manera casi estática, mismo trabajo, mismo matrimonio, mismos
amigos, mismos lugares, es lo que hay.
Y te has puesto a pensar si te sientes
bien con lo que estás haciendo, ¿te gusta? Te hace feliz tu relación de
pareja?, ¿qué es lo que más
te gustaba hacer a los 20 años? ¿Lo
hiciste alguna vez?, ¿tienes miedo de cambiar? me pregunto yo cuándo habrá
tiempo, para qué vivas, para que sientas, para que expreses todo lo que tienes
dentro, para que rías o llores o saltes o o te des una segunda oportunidad en
algo que aún no has podido lograr o quieres cambiar. Quién
escribe el guión, quién impone el papel que uno tiene que desempeñar, o
en el que tiene que encajar, pues nadie, esto
es algo que cada uno tiene que descubrir y teniendo la edad que tenga, pues
mientras hay vida se puede hacer todo lo que uno quiera, mientras uno va al
encuentro de la vida o se
deja encontrar por ella sin miedo.
2 comentarios:
El otro día un amigo me decia que era un sobreviviente y me decia que yo también lo era. Me quedé pensando en esa palabra y no me gustó, porque como mencionas, sobrevivir no es vivir. Creo que sobrevivir es como dejarte ir sin tomar rumbo ni dirección. No tomar las riendas de tu vida. Creo que Vivir es aprovechar encontrate como mencionas, y aprovechar las experiencias buenas y malas, disfrutarlas, burlarte de ti mismo y si, aprender cosas nuevas como música, un idioma, cocina.. lo que sea!!!
Felicitaciones por tu blog!!!
Saludos,
¡Gracias Clau por tu comentario! Si hay circunstancias que nos convierten en sobrevivientes, pero el reto está en no quedarnos en eso y "revivir" cada cierto tiempo y buscar y aprovechar lo bueno que podemos incorporar de nuestro alrededor y transformar lo de adentro en algo bueno. ¡Saludos!
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