sábado, 12 de marzo de 2011

El Nido: Un Espacio Nuevo y Seguro para el Niño(a)

Estamos en marzo, y aunque el verano aún continúa, inician las clases escolares y el nido. Nuestro pequeño ya no es un bebé, está creciendo tiene 2 o 3 años y nos damos cuenta que ya está más grande que es muy activo y quiere explorar y jugar con muchas cosas, quiere saltar correr y se aburre en la casa, la televisión no es muy buena compañía por tanto tiempo y siendo el único niño o por ser el más pequeñito de los otros hermanos se aburre. Entonces seguramente los padres se habrán preguntado tal vez si ya es tiempo de ir al nido, para estar en compañía de otros niños de su edad, experimentar y también aprender cosas nuevas.

Hablemos del Proceso del Desarrollo en el bebé, que luego se hace niño (a)….

Si bien en un inicio el bebé estaba ligado a su madre inclusive físicamente por el cordón umbilical y acogido dentro del útero de su madre, y luego recién nacido y en sus primeros meses de vida totalmente indefenso y dependiente de los cuidados y afecto de su madre para sobrevivir; conforme el niño va creciendo y dejando de ser un bebé, es más autónomo y se va abriendo al mundo, se ha ido incorporando el padre distanciando esta relación particular de a dos existente con la madre, convirtiéndola en una relación donde hay tres, momento esencial para la construcción de la subjetividad del niño, su individualidad, y es a partir de este momento que el niño puede abrirse a la relación con los demás, al mundo que está allá fuera, fuera de la relación con la madre y fuera de él mismo, de su mundo interno, y empezar a ser más autónomo e independiente.

Frustraciones …. A través de las pequeñas frustraciones que la madre le ha ido haciendo experimentar conforme crece respondiendo de manera menos inmediata a sus necesidades pidiéndole que la espere un poco para poder comer o para que le alcance algo, o favoreciendo que él mismo lo pueda hacer también lo va ayudando a favorecer la separación entre él y su madre. Esto hace crecer y madurar al niño, creando un espacio de ilusión o espacio potencial punto de encuentro entre su mundo interno y el externo. Donald Winnicott, psicoanalista y pediatra inglés nos dice “En un inicio el bebé no existe, lo que existe es un bebé y su madre”, y es que si bien existe físicamente, la continuidad del bebé y el sentido de sí mismo requieren irse construyendo a lo largo de su desarrollo temprano y para ello requiere del afecto, sostén, pensamiento, cuidados y reflejo de los padres y es un proceso que tiene sus tiempos, y que se inicia en el embarazo pero termina de manera posterior al nacimiento. La presencia del padre ayuda a diferenciar y a constituir la subjetividad, psiquismo y la identidad de ese niño, sin el apoyo o sostén emocional que le brinda a la madre, será difícil que ella esté calmada para poder pensar en su hijo y prodigar los cuidados y el afecto que su bebé necesita. Por otro lado, el pensamiento del niño (a) poco a poco se va desarrollando tiene más logros cognitivos o intelectuales, identifica formas, colores, empieza a caminar, hablar, juega. En lo que se refiere a su desarrollo afectivo puede empezara poder tolerar paulatinamente pequeños momentos lejos de la presencia de su madre, a introyectar su presencia, es decir, a hacer una representación mental de la madre, lo que le permite poder empezar a alejarse de ella sintiéndose seguro y confiado, es decir estando solo sintiéndose acompañado por esta madre que ha internalizado, allí se presenta el juego de taparse con una sábana o esconderse tras un cojín y luego aparecer para ir pudiendo procesar o elaborar estas “apariciones y desapariciones de la madre” ¿dónde está? ¡Aquí esta!........ Todos los procesos mencionados se entrelazan y preparan el terreno para la etapa siguiente y favorecen al niño a transitar el proceso de separación-individuación, el que tiene inicio alrededor de los 6 meses del bebé y finaliza aproximadamente alrededor de los 3 años, en los casos que se dan todas las condiciones favorables para ello.


¿¿Y qué tiene que ver todo esto con el ingreso al nido…??

Pues mucho, porque ahora existen estudios sobre el desarrollo del niño tanto cognitivo, es decir intelectual como emocional y el nido es el primer espacio en el cual el niño se queda solo sin la madre, sin el padre también y además por ciertos periodos de tiempo, es un espacio cálido y confiable que busca favorecer justamente esta etapa de desarrollo de la separación-individuación así como su desarrollo cognitivo y emocional de manera integrada y marca su ingreso al mundo externo y la cultura, buscando acompañar y acoger a los niños y niñas que acuden y también a sus madres y padres.

Criterios importantes a tomar en cuenta en esta etapa

Detengámonos a reflexionar un momento.....Pues hay varios criterios que los pueden ayudar, sin embargo, las madres y padres son los que más conocen a su hijo o hija y es importante que ellos mismos puedan tener una opinión personal al respecto y se dejen guiar por su intuición; que puedan detenerse a pensar un momento cuando eran niños, cómo se sentían cuándo eran pequeños, si recuerdan la primera vez que fueron al nido o al jardín de inicial y cómo se sintieron, cómo se sintieron con sus propios padres. También el momento que está viviendo el niño es importante qué cosas son las que están pasando en la familia en este momento y al niño en particular… ¿la madre está embarazada del hermanito?, ¿los padres se acaban de separar?, etc., todos estos factores son muy importantes porque tienen que ver con la historia del niño y el momento actual que está viviendo, los que podrían ser beneficiosos para el pequeño o en todo caso aspectos que podrían fragilizarlo.


Edad

Uno de los criterios es la edad, y la oferta de los espacios o nidos que encontremos en el medio, podemos buscar si hay espacios adecuados para niños de 2 ó 3 años, es importante tener muy en cuenta los años y los meses exactos porque en los niños pequeños una diferencia de dos o tres meses es una gran brecha y podría hacer que el niño se sienta sobre exigido o por otro lado con capacidades que no llegan a desarrollarse por estar con niños más pequeños. Un niño a partir de los 2 , 2.5 años podría empezar a ir al nido, a los 3 es una edad bastante adecuada antes de eso dependiendo de cómo lo vean los padres sobretodo porque todavía es pequeño, en todos los casos habrá la necesidad de hacer un proceso de acompañamiento por parte de los mismos padres, lo que comúnmente se llama proceso de adaptación que podría durar una, dos semanas o tal vez un poco más dependiendo del niño y sus padres, para que este proceso se de manera paulatina y no bruscamente ya que esto de ser mal manejado podría ser vivido por el niño como un episodio de gran angustia pudiendo llegar a ser perjudicial para todo su desarrollo ulterior o fijándolo en esta etapa. Es necesario explicarle a dónde irá con anticipación, en un lenguaje sencillo, y también que sus padres lo acompañarán en este sitio nuevo hasta que esté listo para quedarse sólo, se sugiere no mentirle al niño porque esto le genera desconfianza y temor, decirle cuando los padres se retiren a la sala de espera que lo estarán esperando allí mientras él juega…hasta que llegue el ansiado momento de la separación y los padres puedan irse a casa tranquilos dejando a su pequeño al cuidado de la maestra y con sus compañeros Es importante hacer mucho énfasis en este punto debido a que existe bastante desconocimiento en el medio sobre los procesos de desarrollo emocional del infante y los padres no tendrían por qué conocer todos los aspectos involucrados en el proceso de desarrollo del niño, debido a que esto corresponde a los profesionales de la salud mental.

El proceso de separación- individuación es un proceso de ida y de vuelta, es decir el niño(a) se aleja de su madre luego de haber estado en un inicio en un estado de fusión con ella (física y afectiva en un inicio), y la madre se aleja del niño posteriormente el padre, con el sufrimiento y angustia que esto conlleva, cierto sentimiento de pérdida es natural en estas circunstancias, pero el poder calmarse y reorganizarse por parte de ellos le transmitirá al niño seguridad y confianza en sus propios recursos, la sobreprotección o exceso de afecto o complacencia genera sentimientos de desconfianza, fragilidad en el propio niño, que él sólo no puede o que todavía es un bebé, cuando ya es un niño, y que necesita de los padres para sentirse seguro de hacer sus cosas. Es importante que los padres puedan desarrollar confianza en ellos mismos como padres y en las capacidades de sus propios niños, esto es muy saludable ya que un niño sano quiere crecer, ser más autónomo de acuerdo a la edad, y unos padres saludables buscan favorecer que esto se pueda dar.


Horario y tamaño de los grupos

En el niño pequeño un horario de adaptación de incremento de horas paulatinamente es lo más adecuado, un nido normalmente tiene horarios hasta las 11:00 a.m. para niños más pequeños y hasta las 12 o 12:30 p.m. para los niños más grandes. Un grupo que no sea muy grande es lo recomendable para que la maestra pueda acompañar mejor a los niños un grupo de 9 o 10, generalmente se requiere a partir de esa cantidad a una auxiliar y si los niños son muy pequeños, 2 años, a dos auxiliares para prodigar los cuidados y que los niños se sientan muy acogidos y seguros en este nuevo espacio, un grupo de 15 o 16 es una cantidad más que suficiente a estas edades.

Las palabras humanizan y ayudan a socializar

El niño pequeño es egocéntrico y todavía no es tan verbal y en el nido se encontrará con otros niños que están en el mismo proceso, lo que puede ser difícil, pero la única forma de ir al encuentro de los otros es justamente favorecer el encuentro con otros niños de la misma edad, el jugar, hablarles, al comienzo será un poco difícil, harán juego en paralelo, es decir un niño al costado del otro pero no juntos, en los primeros encuentros habrán jalones de pelo, mordidas, llantos, pero poniendo en palabras lo que sucede por parte de los adultos, favoreciendo la reflexión y la empatía y el lenguaje en el niño podrá ir transitando esta etapa satisfactoriamente. Recuerdo una vez haciendo observación en un nido una situación o viñeta “ Manuel (3) le arrancha un peluche a Vilma (3) y la hace llorar… la maestra muy empática le va diciendo ..”parece que querías coger ese peluche, pero Valeria lo ha cogido primero, no le ha gustado que se lo quites por eso está llorando, …podemos coger otro o le puedes pedir que te lo preste cuando termine (devolviéndole el peluche a Valeria y calmándola) … Valeria puedes decirle a Manuel que no te gusta que te haya quitado el peluche” - los niños se quedaron tranquilos y pudieron continuar jugando paralelamente.... Se necesita que la maestra o psicóloga sean empáticas y facilitadoras en este proceso de encuentro con el otro. El lenguaje es favorecedor del desarrollo humaniza al niño (Dolto, Francoise 1987) y es importante poderlo usar muchísimo en esta etapa, el rol de la maestra es muchas veces de sustituir a la madre, poner en palabras lo que el niño quiere, calmarlo, cargarlo, acogerlo y ayudarle a solucionar los conflictos para que él pueda hacerlo en un momento por sí mismo, llegando a disfrutar del encuentro con los otros.


Escogiendo la Metodología del Nido

Es necesario que los padres revisen varias opciones y puedan entender todo lo relacionado a la metodología del nido en el cual colocarán a su pequeño. Una metodología que se adecúe a su manera de pensar o filosofía será lo más recomendable.

Para niños pequeños, el juego espontáneo es muy favorable, no sólo para su desarrollo emocional sino cognitivo, por ello se recomienda buscar nidos o instituciones educativas que trabajen su propuesta metodológica en función al juego, la educación por el arte tiene elementos muy interesantes para la expresión de su mundo interno, desarrollo de capacidades intelectuales y emocionales, socialización, exploración, integración sensorial, etc. Los talleres de música o movimiento favorecen también estos aspectos.

La psicomotricidad relacional educativa, es bastante favorecedora no sólo del aspecto motriz (coordinación del equilibrio y tonicidad muscular) sino también de la integración de lo emocional con lo motriz así como aspectos emocionales y de socialización. El contar con maestros especializados en estas temáticas es de gran importancia.

Que cuenten con una psicóloga o psicólogo especializado en primera infancia (0-5 años) con conocimientos de temas de desarrollo emocional (vínculo afectivo)y cognitivo es necesario para apoyar a los niños, maestras y a los propios padres en sus inquietudes (adaptación, dejar el pañal, etc.) así como problemáticas que puedan presentar la población de niños y niñas.

Para Finalizar…

Si tuvieran dudas como madres o padres lo cual en cierto modo es natural no tenga temor de consultar a la maestra o a la psicóloga del nido, ellas estarán gustosas de ayudarlos y de acogerlos también, en cierto modo es una adaptación también para los padres que están depositando lo más valioso que tienen a sus hijos o hijas en este espacio.

Los cinco primeros años se sientan las bases de todo el desarrollo ulterior de la persona, un bebé y niño o niña requiere de todo el cuidado, cariño, protección que podamos darle, busquemos que tengan el mejor ambiente para poder desarrollarse fuera de casa como dentro de ella, un ambiente cálido, acogedor y consistente que favorezca su bienestar logrando un niño sano, feliz y vital.

*¡Mil Gracias a la Familia Garrigue Quiroz, por permitirnos compartir sus fotografías con nosotros!

Bibliografía:

  • La Casa de la Familia- Una Contribución Psicoanalítica a la Salud Pública del Perú, Artículo: Los Primeros Años de la Educación, elaborado por Claude de Rouvray, Universidad de San Marcos, Lima 2009
  • Ledoux, Michel H., Introducción a la Obra de Francoise Dolto, Amorrortu Editores, Buenos Aires 1992

  Contacto: Adriana María Origgi de la Flor salaestar1@gmail.com Adriana María, Canto de Estrellas (fb) https://www.facebook.com/amariaqoyll...